El Sáhara gana
terreno en el continente africano. Un cinturón de 7,775 km de
bosques detendría la desertificación. El proyecto es objeto de
controversia, pero el experto en clima Hans-Josef Fell no ve otra
solución.
Deutsche Welle:
¿Cómo funcionaría exactamente ese cinturón verde desde Yibuti a
Senegal?
Hans-Josef Fell:
Hasta el momento, el Sáhara se extiende hacia el sur desde el norte
de Níger. Algo debe frenarlo y la mejor solución es la vegetación
natural. Con árboles autóctonos plantados de forma tradicional y el
desarrollo de tierras agrícolas. Esta pared verde sería una de las
más importantes actividades globales de protección del clima, ya
que crea grandes sumideros de carbono y ofrece nuevas posibilidades
vitales para la población.
Defendemos los
grandes desafíos mundiales del clima. Tras una sequía en África
oriental el hambre amenaza a millones de personas. ¿Pueden algunos
árboles realmente bastar para ambos problemas?
No se trata de
sólo unos pocos, sino de millones de árboles. No conseguirán nada
de forma inmediata contra el hambre. La ayuda sigue siendo esencial y
espero que mucha gente siga donando. Pero ecológicamente y a largo
plazo es la única posibilidad. Si permanecemos de brazos cruzados
ante la desertificación y el cambio climático, la ayuda contra el
hambre no podrá acabar con ella. Hay que ofrecer nuevos medios de
vida a nivel local.
Los críticos del
proyecto indican que con el agua para regar todos esos árboles se
podría abastecer a millones de personas con agua potable. ¿Es
proporcional el esfuerzo del proyecto con su eficiencia?
No puedo entender
a esos críticos. Necesitamos este reverdecimiento para traer más
humedad a las regiones. Cuando la reforestación tiene éxito se
detiene la desecación. Y hay posibilidades nuevas como desalinizar
agua de mar con energía eólica o solar y llevar allí el agua con
tuberías. Es un método relativamente barato, ecológico y factible.
Otra opción son grandes instalaciones solares que den sombra al
suelo, mejorando la humedad residual, y que provean electricidad
libre de CO2.
Luchar contra el
terrorismo y la inmigración con árboles, dicen los más optimistas.
¿No es un poco exagerado?
No lo creo. La
causa actual de la emigración es la degradación de grandes
extensiones de tierra. Si la gente en estas regiones no encuentra un
futuro, se desestabiliza todo el sismema social. Obviamente, esto es
un caldo de cultivo para los predicadores del odio. Por eso es aun
más importante parar la desertificación mediante la reforestación
y la expansión de tierras agrícolas, para que la gente tenga un
ingreso.
Los
industrializados que emiten más CO2 han contribuido más al cambio
climático, pero es en los países del sur donde más sufren las
consecuencias. Últimamente estos se involucran con nuevas
iniciativas. ¿Qué ha provocado este cambio de actitud?
Son los países
más afectados por el cambio climático y se han dado cuenta que
también pueden contribuir. Así se llegó al sorprendente resultado
de que los 48 países más afectados por el cambio climático,
decidieran en Marrakech que el cien por cien de su energía provenga,
en unas décadas, de fuentes renovables. Al mismo tiempo, muchos
países trabajan para conseguir controlar los efectos del cambio
climático. Esto supone, por supuesto, detener el avance de los
desiertos. Esto ayuda enormemente al autoabastecimiento de los
países. No les queda otra opción para conseguir la estabilidad.
Hans-Josef Fell
es presidente del Grupo Energy Watch y autor del proyecto de ley para
la Ley de Energías Renovables (EEG). Entre 1998 y 2013 fue miembro
del Parlamento alemán y portavoz de política energética de Alianza
90-Los Verdes. Es autor también del libro 'Enfriamiento global'.
La entrevista fue
realizada por Gwendolin Hilse.
Fuente:
Día de la Desertificación: África necesita una "muralla verde", 17/06/17, Deutsche Welle. Consultado 17/06/17.
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