miércoles, 19 de julio de 2017

Se hace justicia en el caso de los Arctic 30

Han pasado cuatro años desde que el Arctic Sunrise, uno de los tres barcos de Greenpeace, fuera asaltado, remolcado y detenido de forma ilegal por las fuerzas de seguridad rusas. Los 30 hombres y mujeres que iban a bordo del buque (28 activistas de Greenpeace y dos periodistas independientes) fueron detenidos y enviados a prisión. Los 30 pasaron dos meses en cárceles rusas, primero en la ciudad ártica de Murmansk y más tarde en San Petersburgo.

Los detenidos fueron finalmente puestos en libertad bajo fianza y posteriormente amnistiados por la Duma rusa. El Arctic Sunrise fue devuelto a Greenpeace después de nueve meses en el puerto de Murmansk, habiendo sufrido daños considerables durante el arresto y posterior detención dentro del Círculo Polar Ártico. Los botes inflables y otros equipos también habían sufrido graves daños.

Y al fin, tras cuatro años de litigio por parte del gobierno de Holanda en un tribunal internacional, la justicia ha hablado, condenando a Rusia a pagar 5,4 millones de euros por los daños ocasionados al barco y sus equipaciones, la ayuda prestada a los 30 detenidos, los costes legales, etc.

Pero más allá de la sanción económica, la sentencia asume lo que Greenpeace lleva defendiendo todo este tiempo: que las acciones de las autoridades rusas fueron ilegales y desmedidas. El fallo concluye también los procedimientos que reafirman firmemente el derecho a la protesta pacífica en el mar.

Jasper Teulings, Asesor General de Greenpeace International, ha declarado: "El camino hacia la justicia puede ser largo, pero este fallo respalda con firmeza el derecho internacional y el derecho a la protesta pacífica contra las perforaciones petrolíferas en el Ártico; y en el resto de océanos y mares del mundo".

Ben Ayliffe, activista del Ártico para Greenpeace International, añadió: "La protesta pacífica de los Arctic 30 mostró al mundo los extremos a los que pueden llegar algunos gobiernos y empresas para intentar mantenernos enganchados al petróleo. La valiente acción de protesta que llevaron a cabo en esa plataforma petrolífera remota inspiró a millones de personas a unirse contra la industria petrolera. Desde el Ártico helado hasta la desembocadura del Amazonas o los oleoductos de América del Norte, la gente ha seguido el ejemplo de los Arctic 30 y está ayudando a crear un mundo más verde, más seguro y más próspero que no dependa de los combustibles fósiles ni de las compañías petroleras".

Fuente:
Se hace justicia en el caso de los Arctic 30, 19/07/17, Greenpeace España. Consultado 19/07/17.

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